lunes, 27 de abril de 2020

EL CALCETÍN DIMENSIONAL

EDGAR OMAR ANALCO BENITEZ
ALUMNO DE SEGUNDO DE SECUNDARIA
cuento del género latinoamericano
Estamos en el año 2020 y todo transcurría normal, hasta que llegó el mes de marzo y los dos nos pusimos tristes ya que no podríamos salir dentro de los siguientes dos meses; empezamos a buscar cosas con las cuáles entretenernos los primeros ocho días los soportamos, pero después nos metimos al sótano de la casa y nos encontramos con un calcetín, un muy extraño calcetín que al meter la mano me comenzó a absorber y mi hermano al intentar ayudarme también fue succionado.
Nos encontrábamos en otra dimensión yo aterricé en una granja mientras que pedro aterrizó del otro lado de la ciudad, pero ninguno de los dos teníamos el calcetín ya que estaba en el castillo del rey. Mi mitad de la ciudad era muy sencilla, pero tenía lo suficiente y conocí a Fernanda que vivía en la granja y quería volver con su familia a la Tierra, lo extraño fue que nunca me dijo como llego a esta dimensión, mi hermano se encontraba en la mitad de la ciudad desarrollada tecnológicamente, donde también fue haciendo amigos. Los dos teníamos que llegar a el castillo para volver a casa lo que yo no esperaba era que para llegar tenía que ir avanzando en pleno apocalipsis zombie.
OMAR
Comencé a formar un grupo de amigos conformado por Fernanda, Max y María; la verdad que Max y Marìa eran muy unidos, pero nunca me dijeron que parentesco tenían, creo que eran primos o hermanos. Para que me ayudaran a llegar a el castillo tuvimos que cruzar bosques deshabitados y desiertos con arenas movedizas, desgraciadamente no todos podríamos sobrevivir así que en el transcurso perdimos a María, la verdad fue una pérdida dura para el grupo con lo que nadie sabia es que un día en esa dimensión era igual a 10 segundos en la Tierra, pasamos veinte días de viaje completo para llegar al castillo pero…
PEDRO
Yo la verdad disfruté de mi estancia en la ciudad, ya que era muy buena en todos los aspectos, me regalaron un carro, ellos, los habitantes no sabían qué era un lápiz, entonces les dije que era, para que servía y me regalaron un auto; fui hacia el castillo ya que había escuchado que dijeron que habían visto un artefacto que encajaba en cualquier pie, recordé que estaba aquí gracias a un calcetín, me lance al centro de la ciudad, cuyo nombre era impronunciable para los humanos, me fui con amigos Rodolfo y Jessica al momento de llegar al castillo me di cuenta de que…
El castillo tenía dos puertas, yo llegue por el norte y mi hermano por el sur, las puertas estaban repletas de zombies y Max se sacrificó para que Fernanda y yo pudiéramos entrar. En el grupo de mi hermano Rodolfo tuvo que tomar la decisión de estrellarse contra los zombies para despejar la puerta sur. Solo cuatro pudimos entrar, teníamos que llegar a el laboratorio subterráneo donde tenían el calcetín.
Fernanda y yo tuvimos que pasar la noche debajo de un puente, mientras que mi hermano estuvo en las cloacas. Amaneció y ya los cuatro sabíamos que teníamos que llegar al laboratorio, me reencontré con mi hermano después de un mes dimensional la verdad no nos veíamos mal; nos enfrentamos a unos guardias en la entrada. nos escondimos en unos barriles durante un rato y vimos el calcetín estábamos a unos cinco metros de él, pero no podíamos pasar los cuatro al mismo tiempo; así que mi hermano y yo tuvimos que correr, mientras que nos cubrían la espalda nuestros amigos, desgraciadamente no pude despedirme de Fernanda como hubiera querido, no había tiempo ya que mi mamá estaba a punto de bajar al sótano para ver que hacíamos, los dos brincamos, estiramos nuestros brazos para alcanzarlo, mi mamá estaba a punto de abrir la puerta y entonces…
Edgar Omar Analco Benítez

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