La leyenda del conejo de la Luna
Tanya Fernanda Avalos Leòn.
Un hombre, al cual le encantaba mirar el cielo y las estrellas con su hija pequeña en el techo de su casa, ya que era muy alta, compró un telescopio para poder ver todo mejor, eran muy felices cuando las miraban, y hacían eso cada que los dos podían, después de mucho tiempo, la hija ya era mayor de edad, y desgraciadamente el hombre falleció, pero su hija nunca dejo de ver las estrellas en honor a su padre.
Un día, ella se mudó a otra casa y se compró un telescopio para poder ver las estrellas cada que pudiera, y en una ocasión, estaba viendo la Luna, pero de repente vio algo muy extraño, vio una especie de silueta muy extraña, era parecida a la de una persona, pero con un especie de sombrero demasiado raro, la hija se extrañó y decidió cambiarle el lente al telescopio por uno que hacía que las cosas se vieran más de cerca para poder verlo mejor.
No podía creer lo que había visto, así que decidió llamar a personas que se dedicaban a estudiar todo lo del espacio. En cuanto ellos llegaron, con su equipo, observaron y vieron a un hombre, estaba vestido con una especie de bata y una corona, aunque demasiado rara, y vieron que estaba sentado en un trono, y que en sus piernas, tenía a un conejo blanco.
Los científicos siguieron mirando, y se dieron cuenta de que de repente se vio un destello proveniente de ahí, y volvieron a ver la Luna, y esta tenía la silueta del conejo, nadie sabía por qué había pasado ni qué, pero vieron desde el telescopio la Luna y estuvieron tratando de buscar al conejo, pero jamás lo volvieron a ver, aunque el hombre tampoco estaba ya.
Hasta el momento, si vemos la Luna, se ve con la silueta de un conejo, algunas personas piensan que el hombre que estaba sentado con el conejo en las piernas era Quetzalcóatl, aunque esta leyenda ya tiene demasiado tiempo a mí me encanta, y me recuerda a mi conejita Luna, en paz descanse, que murió hace unos meses.
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